Introducción
De todas las etapas de la fabricación de cerámica, el secado puede parecer la menos emocionante: no hay transformaciones espectaculares, ni manos que moldeen la arcilla, ni hornos ardientes. Sin embargo, este proceso silencioso y paciente es absolutamente fundamental para crear cerámicas duraderas y bellas. Muchas piezas potencialmente impresionantes se han perdido por un secado inadecuado, por lo que este discreto paso es uno de los más importantes de nuestro proceso.
Resumen rápido:
- Un secado adecuado evita grietas, deformaciones y tensiones en las piezas de cerámica
- La arcilla se encoge al secarse, creando una tensión interna que hay que gestionar
- Las distintas partes de una pieza se secan a ritmos diferentes, lo que requiere una atención cuidadosa
- El proceso de secado puede durar desde varios días hasta varias semanas
- Deben controlarse factores ambientales como la humedad, la temperatura y la circulación del aire
Comprender la arcilla y el agua
Para entender por qué el secado es tan importante, debemos comprender la relación entre la arcilla y el agua:
La conexión molecular
Las partículas de arcilla son estructuras similares a placas que se apilan con moléculas de agua entre ellas. Al secarse la arcilla, estas moléculas de agua se evaporan, lo que hace que las partículas de arcilla se acerquen entre sí. Este movimiento provoca una contracción, que suele ser del 5-8% en el caso de nuestra arcilla para gres.
Esta contracción se produce en tres fases distintas:
- Etapa Plástica: La arcilla aún se puede trabajar y contiene mucha agua
- Etapa dura como el cuero: La arcilla mantiene su forma pero sigue siendo algo flexible
- Etapa de deshidratación: Toda el agua física se ha evaporado, quedando sólo el agua ligada químicamente
La transición entre estas etapas es donde reside el riesgo. Si una parte de una pieza se seca más rápido que otra, la contracción desigual crea tensiones internas que pueden provocar alabeos o grietas.
La instalación de secado: Crear el entorno adecuado
En nuestro taller de Fráncfort, hemos creado espacios de secado específicos que nos permiten controlar:
Niveles de humedad
Una mayor humedad ralentiza el secado, que a menudo es exactamente lo que queremos. Lo utilizamos:
- Medidores de humedad para controlar las condiciones
- Revestimientos de plástico para crear microambientes
- Bandejas de agua en los armarios de secado durante el tiempo seco
- Deshumidificadores durante el tiempo extremadamente húmedo
El objetivo no es siempre una humedad elevada, sino una humedad constante y controlable que nos permita gestionar la velocidad de secado.
Circulación del aire
El movimiento del aire afecta a la rapidez con que se evapora la humedad de las superficies arcillosas. Lo gestionamos con:
- Rejillas de ventilación ajustables en nuestros armarios de secado
- Ventiladores regulables a distintas velocidades
- Colocación estratégica de las piezas para garantizar un flujo de aire uniforme
Demasiado movimiento de aire provoca un secado desigual, mientras que demasiado poco puede provocar la aparición de moho en las piezas de secado lento.
Control de la temperatura
La temperatura afecta tanto a la rapidez con que se evapora el agua como al comportamiento de las partículas de arcilla. Nuestra zona de secado mantiene:
- Temperaturas constantes entre 18-24°C (65-75°F)
- Protección contra la luz solar directa y las fuentes de calor
- Aislamiento para evitar cambios rápidos de temperatura
Técnicas de secado especiales para diferentes formas
Las diferentes formas presentan retos de secado únicos:
Tazas y tazones
Las asas son las partes más vulnerables de las tazas, ya que se secan más rápidamente que el cuerpo más grueso. Para estas piezas:
- Cubrimos las asas con plástico mientras dejamos que el cuerpo empiece a secarse
- Rotamos las piezas con regularidad para garantizar un secado uniforme en todo el perímetro
- A veces utilizamos toallitas de papel húmedas para mantener las asas húmedas mientras el cuerpo se recupera
Cuencos y platos
Los moldes anchos y abiertos tienden a alabearse al secarse. Para evitarlo:
- Las secamos boca abajo sobre superficies perfectamente planas
- A veces utilizamos bates de secado especiales que extraen la humedad uniformemente
- Pesamos los bordes de las piezas especialmente anchas durante el secado temprano
Piezas grandes o gruesas
Los formularios sustanciales requieren más paciencia:
- Podemos tardar de 2 a 3 semanas en secar completamente un recipiente grande
- Creamos "tiendas de secado" con láminas de plástico para una pérdida de humedad muy gradual
- Giramos las piezas a diario para garantizar que todas las superficies tengan la misma exposición al aire
Señales que controlamos durante el secado
Nuestros ceramistas comprueban diariamente las piezas de secado, buscando:
Cambios de color
La arcilla se aclara al secarse. Una coloración desigual indica un contenido de humedad desigual que hay que tratar.
Reducción de peso
A veces pesamos las piezas durante el secado para controlar la pérdida de humedad. Una pieza que ha dejado de perder peso puede estar lista para la siguiente fase.
Sensación térmica
Un tacto frío indica que aún hay humedad en la arcilla, mientras que las piezas a temperatura ambiente probablemente hayan alcanzado la fase de secado al hueso.
Prueba de sonido
Golpear suavemente una pieza produce sonidos diferentes según su sequedad: un golpe sordo indica humedad, mientras que un sonido más claro sugiere que la pieza se acerca a la sequedad ósea.
Hitos críticos del secado
Del plástico al cuero duro
Esta primera transición nos permite manipular y recortar las piezas. Normalmente cubrimos las piezas completamente con plástico después de lanzarlas, y luego las exponemos gradualmente al aire durante 12-24 horas.
De duro como el cuero a seco como el hueso
Después de recortarlas, las piezas tienen que alcanzar el secado completo antes de cocerlas. Esto lleva entre 3 días y 2 semanas, según el tamaño y las condiciones ambientales.
La fase de secado a hueso se alcanza cuando
- La arcilla está a temperatura ambiente durante todo el proceso
- El color es uniforme y significativamente más claro que cuando está mojado
- La superficie está caliente y completamente seca al tacto
- La pieza emite un sonido claro al golpearla suavemente
Cuando el secado sale mal
Incluso con una atención cuidadosa, surgen problemas de secado:
Grietas y cómo las abordamos
Las grietas suelen formarse cuando las tensiones debidas a un secado desigual superan la resistencia de la arcilla. Cuando detectamos grietas tempranas
- A veces podemos reparar pequeñas grietas en la arcilla dura del cuero
- Nebulizamos la zona circundante para igualar el contenido de humedad
- Ralentizamos inmediatamente el proceso general de secado
Alabeo y prevención
El alabeo se produce cuando la gravedad actúa sobre la arcilla que aún está blanda, o cuando una contracción desigual saca una pieza de su forma:
- Utilizamos soportes para formas vulnerables
- Volteamos las piezas regularmente durante el secado
- Nos aseguramos de que todas las superficies tengan la misma exposición al aire
El factor paciencia
Quizá el mayor reto del secado sea simplemente la paciencia. En un mundo de resultados instantáneos, el secado de la cerámica no puede apresurarse. Hemos aprendido a incluir este tiempo de espera en nuestro programa de producción y a apreciar el ritmo más lento que impone a nuestro trabajo.
Algunas piezas que creamos hoy no estarán listas para su primera cocción hasta dentro de dos semanas o más, un ritmo que nos conecta con la artesanía tradicional de la cerámica más que con la moderna producción en serie.
La recompensa de un secado adecuado
Cuando se hace correctamente, el secado adecuado produce piezas que:
- Haber liberado las tensiones internas antes de disparar
- Mantienen la forma prevista sin deformarse
- Entra en el horno con un riesgo mínimo de explosión o agrietamiento
- Tener una densidad constante en todo el territorio
Estas piezas bien secas están preparadas para triunfar en el proceso de cocción, donde experimentarán transformaciones aún más espectaculares.
¿Qué viene después?
Una vez secas, nuestras piezas están listas para su primer encuentro con el fuego. En nuestro próximo post, exploraremos el proceso de cocción del bizcocho, la transformación inicial que convierte la frágil arcilla en cerámica permanente.
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Primer fuego: El proceso de cocción del bizcocho
Recorte y acabado: perfeccionar nuestras piezas de cerámica